domingo, 30 de mayo de 2010

Educación y presupuesto público

A propósito del recorte presupuestal para Universidades públicas, les brindamos un análisis de este tema basado en las políticas económicas y educativas de Costa Rica bajo la anterior administración de Oscar Arias (cuyo periodo terminó hace un par de meses) y publicado por la web del Cato Institute. ¿Es necesario gastar más en educación o reformar el sistema educativo cualitativamente?.  

Costa Rica: ¿Es necesario gastar más en educación?

*Por Juan Carlos Hidalgo

El presidente Oscar Arias ha tomado como caballo de batalla una reforma constitucional tendiente a incrementar el presupuesto educativo a un 8% del Producto Interno Bruto. No obstante, la evidencia empírica sugiere que gastar más no es la solución. Se requieren medidas más profundas para enfrentar los problemas que enfrenta la educación pública.

Primero, hay que reconocer que existe un problema que necesita ser resuelto. Los 200 días de clases una vez más no se cumplieron, y la infraestructura educativa sigue reportando las mismas carencias de hace un año: faltantes de miles de aulas y pupitres que obligan a muchos estudiantes a recibir lecciones al aire libre o en condiciones de hacinamiento. A nivel académico, en el 2004 sólo un tercio de los 37.000 estudiantes matriculados de quinto año pudo graduarse.

¿Será que el gobierno gasta muy poco en educación? Según el Programa de Promoción de la Reforma Educativa en América Latina y el Caribe, Costa Rica encabeza la inversión per cápita en educación en la región. En el 2004 el Estado prometió gastar ¢405 mil millones en educación, más del 6% del PIB estipulado en la Constitución. Eso representa $827 por cada estudiante en primaria o secundaria. Aún así los problemas persistieron, y el “año de la educación” anunciado por el gobierno resultó ser un fiasco.

La evidencia empírica internacional muestra que no importa cuánto gaste el gobierno en educación, si los incentivos correctos no existen, un aumento en el porcentaje de la población formalmente educada no se traduce en crecimiento económico. Luego de analizar el gasto gubernamental en educación en los países en desarrollo, el economista William Easterly concluyo que “educar personas con grandes habilidades en países donde la única actividad lucrativa es pedirle favores al gobierno no es una fórmula para el éxito”. En su estudio, Easterly demuestra que en el período 1960-85, el África sub-sahariana invirtió más educación en términos relativos al PIB que el Este Asiático; sin embargo, los asiáticos crecieron a una tasa 7 veces superior que los africanos.

Lo mismo señala Alison Wolf, autora del libro Does Education Matter? Myths about Education and Economic Growth, quien señala que “más educación no significa mayor crecimiento per se. Peor aún, las políticas educacionales que se basan en las creencias actuales tienen serias consecuencias negativas para las oportunidades de los jóvenes y la calidad de la educación misma”.

De vuelta en Costa Rica, existen diversos estudios que revelan las fallas sistémicas de la educación pública. Un informe elaborado por el departamento de Control de Calidad del MEP señala que en los últimos tres años los estudiantes de bachillerato y noveno año han fallado en las mismas asignaturas y en los mismos temas de las pruebas nacionales, y aún así los colegios no han logrado corregir dichas fallas. Otro estudio realizado por Jorge Woodbridge indica que “los recursos económicos que se destinan a la educación están siendo mal administrados”. Finalmente, el propio ministro de Educación ha admitido que los miles de millones de colones que se les gira a las universidades estatales no cuentan con fiscalización alguna.

Gastar más dinero en la educación pública no es la solución. Se requiere una reforma cualitativa del sistema educativo. A una conclusión similar llegaron un grupo de economistas reconocidos, incluidos los ganadores del premio Nóbel Robert Fogel, Douglass North y Vernon Smith, que participaron en mayo del 2004 en el Consenso de Copenhague, organizado por el reconocido profesor danés Bjørn Lomborg.

Los costarricenses debemos estar atentos a no creer los cantos de sirena de tendientes a aumentar el gasto en educación. En su lugar, debemos impulsar una reforma sustancial al sistema.

*Juan Carlos Hidalgo es Coordinador de Proyectos para América Latina del Cato Institute.
 
--> Tomado de: El Cato Institute
--> Imagen: Estudiantes universitarios, durante la Marcha de las Antorchas en La Habana. (Foto: AP)


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sábado, 22 de mayo de 2010

Libertad de elegir

En nuestra sección "El recomendado de la semana", les traemos un libro clásico para todo defensor de la libertad.

Libertad de Elegir
Milton Friedman

Las políticas keynesianas hicieron estragos en la década de los setenta al sorprender a propios y extraños con la dolorosa estanflación. Las promesas de la “nueva economía” del listillo británico se habían vuelto pesadillas. A principios de la década siguiente, los liberales despertaron de su letargo y Libertad de elegir fue una de las puntas de lanza de ese resurgimiento liberal.

A diferencia de obras anteriores del mismo autor, como Capitalismo y libertad, este volumen no presenta una gran complejidad analítica. No se trata de un denso manual de abstracta teoría económica atiborrado de sesudas ecuaciones matemáticas y jeroglíficos cartesianos, como cabría esperar de uno de los más destacados miembros de la Escuela de Chicago. Muy al contrario, es un libro muy asequible destinado al gran público.

El primer capítulo analiza la importancia del mercado y el sistema de precios. Empieza comentando el conocido relato Yo, el lápiz de Leonard R. Read. Hasta un producto tan simple y común como el lápiz de grafito requiere un enorme esfuerzo de coordinación entre múltiples agentes económicos. Se requiere un elevadísimo conocimiento. Este conocimiento está disperso entre millares de profesionales de los más distintos sectores: los taladores de la Costa Oeste, los fabricantes de las sierras que usan esos taladores, los obreros de los altos hornos donde se hace el acero para fabricar esas sierras, los transportistas, los mineros de las minas de grafito, y un larguísimo etcétera. Nadie ha recopilado nunca todo ese vasto saber que es necesario para fabricar el lápiz. Y, sin embargo; mediante el mercado, se consiguen fabricar muchísimos lápices de grafito que se venden por todo el mundo a precios bajísimos.

Esto es posible gracias al mecanismo de precios, que permite transmitir información relevante por todo el mercado, sirve también de estímulo al incentivar la producción de aquello más demandado y, finalmente, sirve para determinar quien se queda lo producido.

Pero el sistema de precios no está asegurado. Muchos peligros acechan y este complejo sistema puede venirse abajo o, al menos, resultar gravemente dañado. En gran medida, los capítulos siguientes se dedican a analizar los nocivos efectos que la intervención estatal tiene sobre este utilísimo mecanismo. Muestra los destrozos que han provocado un sinnúmero de regulaciones en mercados tan diversos como el transporte ferroviario, la energía, el sector financiero, el mercado laboral o la educación.

Así, en el tercer capítulo, Friedman analiza la crisis de 1929, de la que culpa al Sistema de la Reserva Federal. Lamentablemente, pasa de puntillas sobre la cuestión del patrón oro y su análisis queda cojo. Ante otras crisis, observa Friedman, la reacción habitual de los bancos comerciales había sido restringir los pagos hasta que se recuperaba la confianza en el sistema. Esto causaba dificultades a muchas personas pero evitaba el agravamiento de la crisis. Pero hacía poco que se había creado la “Fed”, que actuaba de garante último de todo el sistema financiero. Y, comprensiblemente, al haber un garante último, los bancos no redujeron en lo necesario los pagos. Tampoco lo hizo la “Fed”, así que un gran número de bancos fue quebrando y la crisis empeoró.

Y tras la crisis vino el “New Deal” de Roosevelt y el Estado del Bienestar. El gasto publicó creció y se diversificó en innumerables programas sociales. El resultado ha sido dudoso en el mejor de los casos; por un lado, este enorme gasto ha restado recursos a los sectores productivos de la economía y, por otro, estos programas no han traído el bienestar prometido.

De entre estos programas fallidos destaca el sistema educativo. Aquí, Friedman hace una pequeña concesión al no reclamar la total privatización del sistema. Él se contentaría con el sistema de vales por el cual los padres pueden elegir a qué escuela mandar a sus hijos. Es, en su opinión, un pequeño paso hacia una mayor libertad de elegir.

Finalmente, en el último capítulo, Friedman comenta los cambios que ya se aprecian en esos momentos. En 1979, el mismo año en que escribió el libro, Margaret Thatcher ganó las elecciones en el Reino Unido tras una dura campaña de crítica constante a las políticas derrochadoras keynesianas. Poco después le seguiría Ronald Reagan en Estados Unidos. Aprovechando este cambio de opinión, Friedman acaba el libro con algunas propuestas concretas de reforma constitucional para limitar el gasto público y la regulación de los sectores económicos.

* Reseña escrita por: Antonio Mascaró Rotger.

--> Tomado de la web: liberalismo.org
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La base del UEL: La filosofia de la Libertad

Un educativo corto que muestra de forma sencilla y amena el porqué de la promoción y defensa de la libertad individual:


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Consejo Directivo


  • Presidencia:
Miguel Ángel Kuro S. (Lima)

o Estudiante de Ciencia política UNFV - Lima, con estudios en comunicaciones y relaciones internacionales.

o Miembro fundador del Instituto de Estudios Sociales y Políticos "Norberto Bobbio".

o Administrador de Periferia – Noticias Internacionales

  • Dirección General:
Ana Lizbeth Araujo R. (La Libertad)

o Estudiante de Derecho de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT)

o Secretaria general del Modelo de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos Para Universidades del Hemisferio (MOEA).

o Integrante de Ad Juris – Trujillo

  •  Dirección Ejecutiva:
Lorena Gónzales (Lambayeque)

o Estudiante de Comercio y Negocios Internacionales de la Universidad Pedro Ruiz Gallo – Lambayeque

o Fundadora de la organización estudiantil “Comunidad de emprendedores”

  • Dirección de Organización:
Ángel Reyes Hurtado (Ica)

o Estudiante de Administración de la Universidad San Luis Gónzaga - Ica

  • Dirección de Prensa e Imagen:
Nick Randel Toro (Lambayeque/Lima)

o Estudiante de Comercio Exterior Universidad Nacional Mayor de San Marcos

--> Si deseas ser parte de nuestro equipo en tu Universidad y estás interesado en la promoción de la lbertad y la democracia en tu centro de estudios, escríbenos a: uel@peru.com

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Unión de Estudiantes por la Libertad

¿Qué es UEL?

La Unión de Estudiantes por la Libertad (UEL) es una organización sin fines de lucro de estudiantes universitarios comprometidos con la libertad y la democracia como ejes fundamentales de sus raíces y objetivos.

Nuestro esfuerzo radica en compartir, fomentar y expandir los valores de la organización entre los estudiantes de diversos centros de educación superior que se sientan vinculados a nuestros principios.

UEL es un organismo promotor de la libertad entre los jóvenes estudiantes.

¿Cómo nace?
 
“Unión de Estudiantes por la Libertad” (UEL) da sus primeros pasos de conformación tras la segunda edición del evento “Universidad de la Libertad” (UDL), gestionada por el Instituto Político para la Libertad (IPL) donde se reunieron a jóvenes de todo el país con el objetivo de generar propuestas que encaminen el desarrollo nacional.

En este marco un grupo de jóvenes universitarios movidos por el ímpetu de generar cambios basados en la democracia, la propiedad y la libertad como pilares del desarrollo político, económico y social, deciden emprender la conformación de Unión de Estudiantes por la Libertad (UEL) creado institucionalmente el 20 de mayo del 2010.

Así, Unión de Estudiantes por la Libertad (UEL), nace como espacio académico y activo de participación en la juventud universitaria que considera la libertad individual, económica y política los baluartes del crecimiento sostenible nacional.

Nuestros objetivos:

- Desarrollar un mayor acceso académico sobre la base del respeto y la defensa de las libertades individuales entre los estudiantes.

- Realizar actividades de formación (talleres, capacitaciones, exposiciones, conferencias, entre otros) que incentiven la participación, información y creatividad entre la población universitaria.

- Promover el desarrollo de habilidades y destrezas de los estudiantes orientados a expandir las líneas de acción de UEL en base a sus principios.

- Crear foros de debates y apoyo entre los estudiantes y las organizaciones dedicadas a la promoción de la libertad.

- Generar un espacio común entre jóvenes comprometidos con nuestros principios e ideales.